La aparición del virus de la gripe A H1N1 obligó a retomar una serie de medidas de prevención muchas veces olvidadas: entre ellas, el lavado de manos, que con agua y jabón o con alcohol en gel, se convirtió en una práctica habitual y ayudó a evitar una mayor propagación de la enfermedad.
En el Día Mundial de la Higiene (celebrado cada 3 de septiembre), los especialistas recomiendan convertir en hábito esta sencilla práctica: se trata de una de las maneras más eficaces y económicas de prevenir enfermedades como la diarrea, influenzas, hepatitis, neumonías, Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) e infecciones de la piel.
Según datos de UNICEF, lavarse las manos con jabón puede reducir la incidencia de infecciones respiratorias en un 23%, como la neumonía, que es la primera causa de muerte de niños menores de cinco años y que mata cada año a 1,8 millones de chicos.
En tanto, más de 5 mil niños y niñas menores de cinco años mueren diariamente en el mundo como resultado de las enfermedades diarreicas, debidas en parte al agua contaminada, a la carencia de instalaciones de saneamiento básico y a prácticas higiénicas deficientes.
El lavado de manos debe incorporarse en la vida cotidiana como hábito. No debemos bajar la guardia porque haya pasado el pico de casos de gripe A. En el caso de la diarrea, el lavado de manos reduce considerablemente los riesgos, especialmente en hogares donde hay lactantes que son los más vulnerables a estas enfermedades, indicó el ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin.
La higiene de los alimentos es otro de los puntos a tener en cuenta. Frutas y verduras crudas deben lavarse cuidadosamente con agua potable, y el lavado de manos antes y después de manipularlas debe ser constante para evitar la propagación de gérmenes.
De este modo, es posible evitar el contagio de enfermedades transmitidas por los alimentos mal higienizados. También deben lavarse profundamente platos, cubiertos, y todo utensilio que se usa para la comida.
Los especialistas recomiendan que el lavado de manos se realice con abundante agua y jabón, al menos antes de cada comida y después de ir al baño.






